Profesionales explican por qué el arte y la cultura son un componente crucial a la hora de pensar en el desarrollo integral de un país. El arte es el reflejo de la cultura humana y, por eso, preservarlo, transmitirlo y fomentarlo es una forma de conservar el patrimonio cultural de pueblos, países y regiones.
El lenguaje del arte es universal y su vigencia atemporal. Cualquier persona puede apreciarlo -de la forma que sea- y, es hasta el día de hoy que su enseñanza es parte de los programas de educación básica de gran parte de las escuelas de Latinoamérica.
“El arte y la cultura son un punto de encuentro, un lenguaje universal. Allí reside el valor del trabajo que realizan miles y miles de personas que cada día asumen con pasión y compromiso esta tarea, ligada profundamente a la identidad de nuestros pueblos y ciudades, a lo que somos como humanidad”, expone Jenifer Murillo, gerente de Comunicaciones y Cultura Corporativa para Suramericana.
Explica a Asegúrate de Vivir que el arte y la cultura tienen una utilidad que puede entenderse desde tres tiempos:
- En el pasado: para conservar el patrimonio y la memoria colectiva de lo que un pueblo fue.
- En el presente: como forma de expresión, y espacio de reflexión, posible tanto para un individuo como para una sociedad.
- En el futuro: logrando la configuración de nuevas realidades y escenarios posibles, a través del estímulo de la creatividad y la sensibilidad.
“Desde el artesano silencioso que recurre a su memoria para evocar creaciones conectadas con raíces ancestrales, hasta grupos que disponen de espacios para juntar a quienes comparten el deseo de aprender, o instituciones que afrontan con convicción la misión de entregar saberes y ganas. Siempre en busca de una conexión, estas personas buscan transmitir una visión del mundo, como una puerta abierta a la que todos somos invitados a entrar”, reflexiona Murillo.
Beneficios del desarrollo del arte y de la cultura
Para la socióloga Alejandra Parra, el arte y la cultura -el teatro, la literatura, la danza, la música y las artes plásticas, entre otras- son las formas más auténticas en las que una sociedad puede expresarse. Representan modos de pensamiento, tradiciones, ideologías y hacen a la historia de un pueblo. En este sentido, “impulsar iniciativas para fomentarlos es indispensable para el desarrollo de un país, porque permiten preservar conocimientos ancestrales, potenciar la creatividad, reafirmar la identidad y dar lugar a la creación y formación de las generaciones más jóvenes”, explica.
Parra fundamenta que las sociedades que más invierten en iniciativas artísticas y culturales, ancladas en una legislación que las promueve, se destacan por tener:
- Mayores índices de alfabetismo y escolarización.
- Reconocimiento a nivel mundial por la calidad de sus centros educativos.
- Menores índices de violencia.
- Gran capital social, cultural, y humano.
Ejemplos de iniciativas que fomentan el arte y la cultura en Latinoamérica:
- Programa Quiero mi Barrio, desarrollado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo de Chile.
- Programa Comunitario de Mejoramiento Barrial de la Ciudad de México, México.
- Parques Biblioteca en Medellín, en la Comuna 13, Colombia.
- Proyecto Favela Barrio, en Río de Janeiro, Brasil.
- Proyecto Barrio 31 en Buenos Aires, Argentina.
A lo largo y ancho de Latinoamérica hay varios movimientos de vanguardia que se gestan y empiezan a tomar relevancia a través del mundo del arte y la cultura, y que hasta se transforman en revoluciones ideológicas que marcan el rumbo de las sociedades de la región. “Ni Una Menos empezó en Buenos Aires en círculos de artistas, poetas y pintoras”, ejemplifica Nicolás Oyuela, artista plástico argentino, y agrega que muchas veces los grandes cambios comienzan porque “artistas congenian en pensamiento y preocupación”.
El arte y la cultura, entonces, funcionan como motor de la comunicación, permitiendo la expresión de emociones, pero también de mensajes que invitan a reflexionar sobre la existencia y las problemáticas sociales. En esta línea, podría considerarse al arte y a la cultura como herramientas con el potencial de educar y cambiar sociedades.
“Aunque parecen pequeñas, estas iniciativas lograron que habitantes, y sobre todo los jóvenes de estos territorios, encuentren un sentido de pertenencia y apropiación, y se integren a las ciudades, disminuyendo así la marginalidad, sin perder la propia identidad”, concluye Parra.
Estar juntos y ser diferentes
“El territorio de Latinoamérica, con la complejidad de nuestra historia, la riqueza de nuestra diversidad y los desafíos que afronta, nos impulsa a valernos de las expresiones artísticas y culturales para valorar lo singular, pero también para encontrarnos en lo que nos une como latinos”, expresa Murillo.
En definitiva, a través del arte y de la cultura, se habilita un espacio en el que el individuo, pero también la sociedad en su conjunto, puede crear y expresar las distintas ideas, vivencias y problemáticas del día a día. Con cada creación se impacta por lo menos a alguien y se desencadenan procesos que tienen que ver con la educación y la revolución. De esta forma, las sociedades se enriquecen, desarrollan su potencial y exploran sus posibilidades.
“La posibilidad de ampliar la manera de ver el mundo representa un punto de encuentro, y un punto de desarrollo”, manifiesta Murillo. Por eso, en Seguros SURA creemos en el arte y la cultura como un componente esencial de su gestión como empresa, y en los creadores y gestores culturales como motores fundamentales de nuestros países.