Ser parte de una comunidad, y más específicamente de un grupo, va más allá de habitar un espacio físico determinado con otras personas, ya que su significado agrupa características de nuestra personalidad, ideales y propósitos comunes a sus integrantes.
Pertenecer a un grupo social pone en movimiento nuestra vida, y al mundo, porque el encuentro social teje el significado de lo que somos y construye sociedad al trabajar mancomunadamente por ideales que trascienden la propia comodidad para alcanzar beneficios colectivos como los derechos humanos, el cuidado de los animales y la preservación de la naturaleza en general, entre muchas otras razones que hoy pueden parecer normales pero que antes fueron la razón de unión entre personas identificadas por causas comunes.
En 1977, por ejemplo, la profesora Wangari Maahtai fundó el Movimiento Cinturón Verde, que alentó a las mujeres en zonas rurales a plantar árboles, mejorando sus medios de subsistencia y revirtiendo los efectos de la deforestación”, afirma la Organización de Naciones Unidas (ONU). De igual forma otros propósitos colectivos promueven el trabajo en equipo, la conciencia social y la conquista de causas mayores que logran tras persistir.
Cuando pertenecemos a un grupo social, especialmente con propósito, nuestro ser cobra sentido, se construye y fortalece; pues el encuentro con los demás, y la identificación con ellos, nos permite tomar referentes y modelos nuevos que “influyen, afirma la página especializada en psicologíaymente.com, directamente en nuestras características y percepción de nosotros mismos. En función de cuántos rasgos compartimos con los miembros de un determinado grupo más probable es que nos identifiquemos con el mismo, viendo a estas características como pruebas de formar parte de algo más grande”.
En la actualidad, no solo contamos con la posibilidad de ser parte de un lugares físicos, sino virtuales que nos posibilita el encuentro con otras culturas, necesidades y saberes de todo el mundo que nos motivan a compartir y aprender a la vez que buscamos soluciones a problemáticas comunes que alcanzamos gracias a la existencia de múltiples plataformas que potencian la colaboración y que impactan en aspectos tales como el género, la raza, el medio ambiente y son motor de las redes con propósito.
Integrar redes sociales que trabajan por causas mayores y fomenten la cooperación para lograr propósitos comunes, como lo hace SURA, nos permite ser parte de una red colaborativa que conecta a miles de latinoamericanos y nos asegura de vivir acciones que desarrollen nuestra humanidad y nuestros valores al servicio de los demás.