El verbo procrastinar, que significa ‘diferir o aplazar’, ha tomado fuerza en medio de la contingencia producida por el COVID-19 y más en relación con el tema que nos convoca en este artículo. Lograr independencia económica, ya sea como individuo o emprendedor, es tan necesario que cuando menos se piensa, ya es casi una obligación. Por eso, debemos decidirnos rápido o como mínimo tener diseñado un plan que sirva de guía más allá del tiempo que dure esta crisis.
Libertad financiera es un término que agrupa la posibilidad de tener tiempo y dinero, dado que poseer uno sin contar con el otro, podría dejar nuestro plan sin respaldo o cojeando.
Alcanzar la libertad financiera no debe ser un salto al vacío, sino una convicción respaldada con formación y asesorías. Por ejemplo, si tenemos empleo, no solo basta con ahorrar, hay que dedicarle tiempo diario (puede ser una hora) a aprender sobre el tema en cuestión. Incluso, deberíamos planear la independencia desde el trabajo: ¿cómo dar el paso sin que mis finanzas personales se resientan o derrumben?
En pocas palabras, si se quiere buscar la independencia económica hay que prepararse y trabajar mucho para tal fin, pues esto reducirá la improvisación. Sin embargo, la necesidad de una mayor educación financiera en la región es clara: según Diana Mejía, especialista sénior en Desarrollo Productivo y Competitividad de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, en entrevista con el periódico económico Portafolio (julio del 2019), en América Latina, solamente cinco países tienen ENEF (Estrategia Nacional de Educación Financiera) propiamente dichas: Brasil, Chile, Colombia, México y Perú.
A pesar de lo anterior, hay muchas opciones para capacitarnos y asesorarnos en el tema de la libertad financiera, por ejemplo, en cuanto a la elaboración de presupuestos, que básicamente es una herramienta financiera de cálculo y negociación anticipado de los ingresos y gastos sobre una actividad económica.
Tras la elaboración de un presupuesto que nos ayude a entender la viabilidad de la libertad financiera, viene un tema primordial, el ahorro. Algo que se aconseja es guardar para emergencias o invertir en nuevos proyectos, por lo menos el 10 % de los ingresos. Eso quiere decir que, para alcanzar este sueño, la organización y la austeridad son claves.
Hay que saber rodearse bien
La libertad financiera es un sueño de muchos, pero no por eso es alcanzable para todos. Digamos que es una meta a la que podemos llegar a través de un camino no ajeno a las complicaciones y un recorrido exigente que requiere, por ejemplo, ser emprendedor e innovador. Este par de fortalezas van más allá de la creación de empresa, siendo vitales a la hora de afrontar esos retos laborales que nos podrían poner más cerca de una emancipación económica.
Todo lo anterior nos lleva a un punto determinante que resulta curioso: para lograr la independencia económica, necesitamos de los demás, por lo que poseer una buena personalidad al momento de relacionarnos es importante. Como dice un viejo dicho, “Más vale tener amigos que señoríos”, que es el mismo “Es mejor tener amigos que plata”. Una adecuada red de contactos puede favorecer y ser fundamental, por ejemplo, si se busca promover y estabilizar una idea de negocio o emprendimiento.
Libertad financiera no significa que podamos hacer lo que queramos, al contrario, es decirle al mundo que nuestra apuesta es por el trabajo y la dedicación, siendo algo que posiblemente no nos hará ricos, pero sí puede darnos la opción de realizar actividades que nos permitan disfrutar más de la vida, así como situarnos en el camino para alcanzar las metas financieras.
En conclusión, el sueño de la independencia económica es una invitación constante a trabajar para alcanzarla, muy posiblemente dejando de lado una gran solvencia económica, pero viniendo de la mano con temas como poder tener lo propio y amar lo que se hace. Eso sí, no todos están dispuestos a irse de lleno por esta idea, como lo dejó claro un estudio elaborado hace unos años por el Centro de Investigaciones Sociológicas de España, que aseguró que el 65 % de las personas entre los 18 y 34 años prefieren huirle a la independencia.
Recuerda que, si vas por el camino de la independencia económica apalancado en tu propio emprendimiento, en Empresas SURA podemos asesorarte.