Creatividad, seguridad, buena comunicación y profesionalismo son algunas claves que te ayudarán para que tu primera experiencia laboral sea exitosa.
Conseguir el primer empleo siempre genera expectativa, pues es la oportunidad de trascender el universo académico y entrar en contacto con un entorno laboral que demanda tus aptitudes y capacidades. Es, pues, la entrada a un campo de acción y, por qué no, de formación.
Más que conseguir trabajo, es importante saber elegir las oportunidades a las que aplicas y el proceso para acceder a ellas, pues “es una tendencia frecuente de los recién egresados querer llegar a la cúspide organizacional en corto plazo”, asegura Pilar Castañeda, psicóloga organizacional, y agrega que “una capacitación permanente, acompañada del desarrollo de la inteligencia emocional, se convierte en una inversión cuando las expectativas van en busca de un mejor cargo o un mejor sueldo”.
Otro factor que debes tener en cuenta es el panorama actual de la región en cuanto a la oferta laboral para quienes apenas inician su carrera. Con respecto a esto, el BID hace un llamado, pues “es imperativo desarrollar políticas integrales de empleo que contemplen programas para ayudar a los jóvenes a sortear los obstáculos que les impiden encontrar trabajos de calidad. Se necesitan más esfuerzos para suavizar la transición a un primer empleo, asegurando que los jóvenes cuenten con las habilidades demandadas por los empleadores. Los programas de aprendices son una opción que ha mostrado resultados positivos para apoyar esta transición de la escuela al trabajo”.
Al igual que un examen en la universidad, enfrentarse a la primera experiencia laboral requiere preparación en varios aspectos: psicológicos, estéticos y económicos, entre otros.
Stephanie González Rubio, consultora de la División de Mercados Laborales del BID, comparte estas recomendaciones que pueden ser útiles para ti:
- Puntualidad: la clave del éxito está en la puntualidad, sobre todo si estás empezando en el mercado laboral. Recuerda siempre la importancia de respetar el tiempo de los demás.
- Es posible que no hagas lo que te apasiona en tu primer empleo: aunque algunos tienen la suerte de comenzar en el lugar que soñaron, es normal que tu primera experiencia de trabajo pueda ser diferente a la que visualizas como ideal. Sin embargo, no es motivo para desanimarte, pues son las dinámicas del mercado laboral. Concéntrate en hacerlo lo mejor posible y en subir los escalones que te acerquen a tu objetivo profesional.
- No descuides tus hobbies: bien sea por la emoción o por el nivel de exigencia que te pongas, puedes caer en el error de vivir y respirar solo para el trabajo. Aunque es muy positivo tener un alto grado de compromiso, también es importante encontrar un balance entre las cosas que te gustan y la responsabilidad laboral. Hacer ejercicio, leer, ver películas, entre otras actividades, son parte fundamental de tu vida personal y debes conservarlas.
- Sé proactivo: nadie te dirá exactamente cómo se hacen las cosas. Si bien existen formas ya establecidas de llevar a cabo ciertos procesos, procura ser propositivo y tomar la iniciativa para obtener mejores resultados. ¡Arriésgate responsablemente!
- Aporta ideas: en las discusiones de equipo es muy importante escuchar lo que otros dicen, entender los objetivos de la empresa y contribuir desde tus capacidades. Atrévete a expresar tus ideas y a argumentarlas correctamente.
- Evita aislarte: ahora eres parte de un equipo, así que aprovecha los momentos de descanso para tomar un café con tus compañeros de trabajo o conversar a la hora del almuerzo: es una buena forma de conocerlos e interactuar.
En conclusión, el primer empleo es una lección importante que te acerca a las metas propuestas. ¡Asegúrate de disfrutarlo, aprender y poner en práctica todas tus capacidades!
Fuentes bibliográficas: