Ahora que el mundo ha cambiado y nuestras actividades cotidianas se realizan de manera remota, amparados por los beneficios de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, se hace más relevante el cuidado y prevención de nuestra privacidad en espacios virtuales donde compartimos datos y archivos, como en las redes sociales, especialmente si nuestros hijos interactúan en ellas.
A partir del año 2020 en que nos vemos movidos a cambiar nuestros hábitos relacionales y en emplear con mayor intensidad acciones virtuales a través de videoconferencias o intercambio de datos, muchas aplicaciones y programas luchan por posicionarse como el soporte primordial para nuestra nueva forma de hacer las cosas; sin embargo, esta carrera y necesidad social ha promovido el incremento de la ciberdelincuencia.
“El caso de Zoom es un buen ejemplo para describir las consecuencias del impacto acelerado de esta transformación, no solo por el repentino crecimiento en la cantidad de usuarios que pasó de ser 10 millones en diciembre de 2020 a 200 millones en marzo de 2021, sino porque esta demanda y atención por parte de usuarios y empresas también atrajo el interés de los cibercriminales”. Informa Welivesecurity de ESET, compañía especializada en ciberseguridad.
Si todos los ciberusuarios somos vulnerables a ciberataques, ¿qué tan seguros están nuestros hijos durante sus clases o actividades diarias a través de la internet? La información y los datos que cada dispositivo contiene, al igual que fotos, videos y contraseñas son algunos de los elementos de interés para este tipo de delincuentes que “ingresan a la red y se muevan dentro de la misma con paciencia y sin ser detectados, hasta que identifican la información sensible y realizan copias para luego hacer evidente su presencia desencadenando el ataque” ESET.
Al igual que en la vida presencial, en las redes sociales, los niños y niñas construyen su identidad a través de sus expresiones en contenidos propios que elaboran o comparten. “La forma en que se maneja toda esa información personal que generamos y publicamos de forma voluntaria en Internet se conoce como gestión de la privacidad”, afirma la página especializada en conectividad infantil IS4K, y es sobre ésta que debemos buscar asesoramiento para saber cómo acompañar a los más pequeños.
Algunos de los riesgos que los menores pueden tener en la internet son, según IS4K, daños a su reputación, suplantación de identidad o perfiles falsos, riesgos a la seguridad personal, ciberacoso, sexting, grooming, chantajes, pérdidas económicas; entre muchas otras amenazas.
Ante las amenazas cibernéticas a las que todos estamos expuestos, la prevención, el cuidado y el conocimiento siempre serán estrategias claves para protegernos. Asesorarse con especialistas de seguros SURA nos da la posibilidad de estar informados sobre las tendencias en tecnología que nos permitan adoptar hábitos de mayor autocuidado en el ciberespacio.