Quiénes son los nuevos inversores ángeles que impulsan los negocios del futuro

En qué se diferencia este tipo de inversores con los clásicos fondos de capital y qué tipo de emprendimientos financian. Casos de éxitos de emprendedores de la región que triunfan en la economía verde con sus startups.

No son invisibles ni tienen alas, pero los inversores ángeles existen. Se suele llamar bajo ese nombre a las personas que “apadrinan” un proyecto emprendedor en su fase más temprana (puede ser una o un grupo), cuando recién está dando sus primeros pasos. No solo haciendo una inversión, por la cual enfrentan un gran riesgo, sino también actúan como mentores y ofreciendo acompañamiento. 

El economista Adriano Mandolesi señala en diálogo con Asegúrate de Vivir que la principal diferencia con los fondos de capital es que los inversores ángeles “se caracterizan por tener experiencia valiosa en una industria, una red de contactos o alto expertise en un área operativa de negocio”. Su origen se dio en Estados Unidos, aunque se expande su influencia en América Latina al tiempo que crecen las startups regionales exitosas.

A diferencia de estos, los fondos capitales pretenden adquirir una participación en el accionario de compañías pequeñas o de mediano tamaño, “buscando ser compensados con la posibilidad de obtener una rentabilidad muy por encima del promedio o outlier, si la compañía ejecuta exitosamente sus planes”, añade Mandolesi.

Juan Martín Rodríguez, director del Club de Business Angels del IAE, sostiene que un buen ángel tiene claro el valor que puede agregar al proyecto, asesorándolo y complementándolo, “pero dándole libertad de acción”. De hecho, profundiza el especialista que “su principal apuesta es al equipo emprendedor antes que el modelo de negocios o cualquier otro aspecto, y debe dejarlo gestionar”.

En ese sentido, Rodríguez explica que no pretenden participaciones accionarias exageradas (habitualmente se queda con menos del 20% de la nueva empresa), para dejar en mano del equipo el control del proyecto el mayor tiempo posible..

Redes de ángeles

En sintonía con lo que remarcan los especialistas, el Banco Interamericano de Desarrollo dice en un informe que las redes de inversionistas ángeles, “además de dotar de visibilidad a la inversión ángel, son a menudo agentes dinamizadores y promotores de este tipo de financiación, trabajando para el desarrollo y promoción de esta actividad entre potenciales inversionistas y emprendedores”.

No obstante, hay que remarcar que la explosión de estas redes de inversores ángeles en la región es bastante reciente. Por ejemplo, según una nota publicada en Forbes en 2020, hasta ese momento en Colombia más del 60% de los ángeles inversionistas llevaban entre 1 y 4 años haciendo apadrinamiento, y solo el 10% tenía diez o más de experiencia.

De hecho, Felipe Santamarina, Cofundador y Managing director de Rockstart Latam, la aceleradora internacional de startups más grande en Colombia, señala en una publicación con este medio que todavía existe mucha informalidad y desconocimiento en el tema.

Por quiénes apuestan

Los inversores ángeles suelen poner el foco en las llamadas empresas dinámicas: es decir, aquellas que pueden multiplicar su valuación rápidamente (para dar una idea de magnitud, el objetivo suele ser multiplicar la inversión por 10 en 5 años). Esto exige un alto grado de escalabilidad que suele estar vinculado a un componente tecnológico importante.

En cuanto a industrias, las favoritas de los últimos años son: energías renovables, bio y nano tecnología, fintech y agtech y ciencias en general. Aunque no se dejan de lado empresas de servicios y otros sectores más tradicionales como lo pueden ser el Retail, Ecommerce, marketplaces, Consumer Tech y empresas de tecnología financieras. 

De todos modos, Rodríguez señala que “esta definición es muy amplia porque depende de la expertise y conocimientos de cada inversión, que habitualmente pretende entrar en una industria que conoce”.

En 2019, prepandemia, más de 3.500 inversores de toda América Latina y el Caribe volcaron US$ 22.2 millones para financiar proyectos. Del total de operaciones cerradas ese año, el 35% de ellas estuvieron relacionadas con emprendimientos cuyo foco estaba puesto en la mejora de la calidad de vida, el 22% en educación, el 22% en inclusión social y el 21% en temas medioambientales.

Tres casos latinoamericanos

Wibond (Argentina): la fintech argentina se define como un medio de pago digital y flexible para que las personas puedan pagar en cuenta solo con el DNI, ofreciendo acceso financiero acorde a cada perfil y sin necesidad de que medie un banco. Sus fundadores son Ezequiel Bucai y Alejandro Silvestre. Además de financiarse con rondas de inversión, es de público conocimiento que inversionistas ángeles y otros fondos públicos acompañan el crecimiento sostenido de la empresa desde sus inicios.

Instacrops (Chile):  Es una de las plataformas AgTech más potentes de América Latina. Son especialistas en desarrollo de Hardware loT y Software para la agricultura, integrando distintas fuentes de datos, utilizando técnicas de inteligencia artificial y visión computacional, con el objetivo de recopilar información sobre parámetros claves en los cultivos. 

Según medios de trasandinos, en junio de 2017 recibió US$ 120 mil de financiamiento otorgados por la red de inversionistas ángeles Chile Global Angels, y en septiembre de 2018 obtuvo US$ 300 de parte del fondo CLIN, otra línea de impacto de ChileGlobal Ventures.

OFI (Colombia): Es un proveedor de servicios administrados y soluciones de tecnología enfocados en la transformación digital para todas las empresas de América Latina, a través de tres unidades de negocio, digital workplace, hybrid cloud y digital transformation. Fue fundada por Peter Ostroske y Ricardo Parra en 2014, y desde allí se transformó en una plataforma líder en transformación digital B2B. El fondo de inversión ángel con base en Medellín y Bogotá, INVX, tiene entre sus startups destacadas a esta plataforma, según detalla el sitio startupeable.com.

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