La evolución de la quinta generación en telefonía móvil incentiva la creación de múltiples innovaciones que modificarán aún más la manera de comunicarnos. La voz de los expertos del Equipo de Observación de SURA.
5G es el acrónimo de la quinta generación en telefonía móvil, una nueva tecnología que va a aumentar la velocidad de conexión, reducir al mínimo la latencia (el tiempo de respuesta de la web) y multiplicar exponencialmente el número de dispositivos conectados. En este sentido, el Equipo de Observación regional de Seguros SURA registró que en esta era de hiperglobalización existen cinco tendencias de conectividad que la revolución del 5G potenciará y amplificará.
La primera tendencia es la identidad amplificada. Los expertos de SURA aseguran que nos encontramos en un momento social en el que hay una búsqueda desesperada por el reconocimiento, al mismo tiempo que se multiplican las formas de construcción de identidad. Un dato no menor es que la virtualidad ofrece cada vez más herramientas para construir una identidad sin la necesidad de exponernos físicamente.
Para expertos de Asegúrate de Vivir, con el despliegue del 5G, este modo de relacionarnos se caracterizará cada vez más por la “dilución de lo físico” y nuestra vida será cada vez más una “utopía de cara a entender la realidad humana”, ya que tendremos cada vez más posibilidades de tener un lugar en el ciberespacio, aunque también menos herramientas para identificarnos en el mundo real.
Elementos como las fotos, el número de seguidores, la puntuación, y las reacciones y estadísticas favorables frente al contenido virtual se vuelven claves a la hora de generar una reputación. Estas formas de construcción de identidad generan alianzas y redes de interacción y relacionamiento que se caracterizan por su inmediatez, intensidad, y fragilidad, ya que con la misma facilidad y rapidez con la que se forjan, se deshacen y desaparecen.
“Nos estamos perdiendo como humanos en la búsqueda desesperada de ese reconocimiento. Y es allí donde la construcción de identidad se vuelve una ilusión”, afirman los expertos de Asegúrate de Vivir.
La relación con las máquinas
En esta línea de pensamiento, las relaciones humanas son cada vez más parecidas a las de las máquinas, y mediadas por estas. Se persigue la humanización de los robots, recreando por medio de estos lo que no se puede alcanzar en el plano físico, controlando todo lo malo que hipotéticamente puede pasar en la interacción con un otro, permitiendo tener la respuesta esperada en el tiempo esperado. La paradoja es que, paralelamente, se logra la deshumanización del usuario detrás del robot.
“Se suplen estados de ánimo y mensajes con emoticones, stickers y gifs. El avatar se vuelve un medio de empatía virtual y las frases vacías sin hilo conductor y sin contexto establecen una relación con otro. Con el 5G podremos -y tendremos- que relacionarnos con los dispositivos constantemente. Esto permitirá una escucha completa de nuestro día a día. Nuestra vida será como Gran Hermano”, advierten los especialistas.
Otra tendencia del futuro que llegó para quedarse es la creciente influencia artificial direccionada al dominio digital. Las herramientas tecnológicas toman el control de la escena para asistir al humano -aumentando su productividad- realizando tareas rutinarias y repetitivas, pero también reemplazando las labores humanas.
“Nos enfrentamos a un reto inminente como sociedad: la información. El dato por sí solo no es nada, hay que transformarlo en información. La información es la materia prima para generar realidades alternas, necesidades de consumo y toma de decisiones. Las líneas y fronteras de esos territorios son borrosas y permeables y permiten la generación de redes flexibles que se adaptan a los cambios y posibilitan esa captura de información. Es aquí donde la inteligencia artificial se vuelve un recurso muy importante para acceder de forma rápida a la información y para poder vivir experiencias únicas. Aquí empezamos a hablar de realidades paralelas como el metaverso, que busca una experiencia inmersiva y multisensorial en el mundo del internet”, explica la consultora para Seguros SURA.
En búsqueda de responsables
Una de las tantas dicotomías que caracterizan esta era digital es que la interconexión permanente genera una sensación de libertad y autonomía en la toma de decisiones, mientras que al mismo tiempo existe una vigilancia y control social constantes. Es en este contexto en el que se confunde lo privado con lo público, entrando en una zona gris en la que no se sabe con certeza quién debería ser responsable del gobierno de datos. Mediante las nuevas tecnologías, potenciadas con la aparición del 5G, aparecen nuevos actores de alcance mundial que toman liderazgo en temas políticos, económicos y sociales y terminan asumiendo el rol de mediadores, organizadores y difusores de información por su capacidad de trascender los territorios físicos.
“Empezamos a ver entes regulatorios o legislaciones que trascienden gobiernos y políticas internas a asuntos y actores de alcance mundial. Influenciadores que inciden directamente en la toma de decisiones de la vida diaria, que la gente escucha mucho más que a los gobiernos”, declaran los expertos.
Por otro lado, la evolución cada vez más rápida de la tecnología, los mercados mundiales y el cambio climático implican aceleraciones en el ritmo de vida. Nos guiamos con una lógica de rendimiento que nos obliga a estar siempre en línea y consumiendo grandes cantidades de información sin pausa, lo cual decanta en una sensación de saturación y angustia, a menudo interpretada como infoxicación. Hoy más que nunca la gente demanda tener espacios de desconexión, vacaciones sin acceso a internet para entrar en contacto con todas esas cosas mundanas como ver un atardecer, tener un encuentro en familia o leer un libro.
“El volumen de información puede exceder nuestra capacidad para procesarla. Debemos ser muy conscientes de los efectos adversos, de cómo puede repercutir en nuestra salud y en la de nuestros niños, las próximas generaciones”, reflexionan los expertos de Asegúrate de Vivir, y concluyen que la revolución del 5G debería venir de la mano de la conciencia de generar espacios de desintoxicación.
En síntesis, estamos en una era en la que las interacciones humanas directas son cada vez más escasas y la intervención, ayuda y dominio de las nuevas tecnologías y herramientas digitales es cada vez más protagónica. La llegada del 5G viene a acelerar este proceso a un ritmo al que probablemente nos adaptemos, pero que también nos pasará factura en el corto y largo plazo. “El llamado acá es a estar siempre atentos. No solo a nuestra relación con un otro a través de la tecnología, sino a nuestra relación con las mismas máquinas”, sentencian.