Vivimos en un mundo interconectado, en el que los dispositivos móviles se han vuelto indispensables y las plataformas digitales un símbolo de cotidianidad. Esto es un avance que beneficia varios procesos sociales, pero también plantea nuevos y profundos desafíos.
En el año 2015, los 215 miembros de Naciones Unidas adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenibles —ODS— como un llamado universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gozarán de paz y prosperidad para el año 2030. ¡Todo un reto!
En total son 17 objetivos que abarcan todos los ámbitos sociales: educación, medio ambiente, trabajo, justicia, pobreza, salud y bienestar, entre otros. En los países de la región, desde entonces, se han hecho esfuerzos por cumplir las metas planteadas y, como un aliado importante, la tecnología ha jugado un papel protagónico.
¿Cómo ha sido esto? Sin duda, una de las metas más desafiantes para un gobierno es llegar hasta las comunidades más remotas de su territorio: por costos, por la dificultad que a veces representa el acceso, o porque no cuentan con la capacidad humana ni logística de llegar hasta allí.
Isabel Guerrero, directora ejecutiva de la ONG Imago Bases Globales y profesora en la Universidad de Harvard, opina que la tecnología es una herramienta poderosa que hoy permite llegar a ese último lugar, a esa milla que antes no estaba en el radar. “Lo que necesitas en la última milla es un servicio básico de salud y puedes usar a través de la tecnología servicios más especializados de consulta, por ejemplo. O ahora hay aplicaciones que pueden diagnosticar la malaria. Entonces, la tecnología, sin duda, puede lograr acelerar las metas de desarrollo sostenible”, afirma.
En distintas épocas, los avances tecnológicos han supuesto cambios en las sociedades. Pero nunca ha habido transformaciones tan drásticas en un espacio de tiempo tan breve como la que está en marcha con la revolución digital que hoy vivimos.
El informe de la Secretaría General de la ONU, titulado ‘La edad de la interdependencia digital’, concluye que la inclusión digital no es equitativa en todo el mundo y recomienda, como primera medida, establecer acciones para que todos los adultos tengan acceso a la tecnología, así como a servicios financieros y de salud con soporte digital para el año 2030, en línea con la fecha de consecución de los ODS.
Ahora bien, si la tecnología tiene un rol tan determinante, ¿la inclusión digital debería considerarse como un bien público? Para el panel de expertos que participaron en el Informe de la ONU, esta es una pregunta que debería ser resuelta en el futuro, pues consideran que es necesario plantear escenarios “donde la conectividad, los contenidos sobresalientes, las apps relevantes, sean para todos”. Consideran, además, que no se trata solamente de conectar, sino también crear las capacidades tanto para el uso de tecnologías, como para el desarrollo de apps y herramientas a cargo de la misma gente del lugar, de manera que estén acordes con las necesidades de esta última milla.
Fuentes:
- Informe ONU ‘La edad de la interdependencia digital’: https://www.un.org/en/pdfs/DigitalCooperation-report-for%20web.pdf
- ONU: https://news.un.org/es/story/2019/06/1457461
- UNDP: https://www.undp.org/content/undp/es/home/sustainable-development-goals.html
- Sura Latinoamérica (Canal Youtube): https://www.youtube.com/watch?v=Tf9K-unRdQo