Con la pandemia del coronavirus, los gobiernos de todas las regiones implementaron políticas para sostener a las industrias y reactivar la economía. Esto generó una aceleración del gasto público que, sumado a la escasez de productos por problemas en las cadenas de suministro y la invasión de Rusia a Ucrania, desencadenó un proceso inflacionario global.
“En este ambiente en ebullición, los Bancos Centrales incrementan sus tasas. Esta es una manera de quebrar la tendencia alcista de precios”, explica Andrés Rave, Director regional de soluciones para empresas en SURA. Y agrega: “De esta forma, se desincentiva el gasto de los consumidores, encareciendo los préstamos y contrayendo el crecimiento económico, en principio”.
Las PyMEs están lejos de ser ajenas a esta situación. No solo se incrementa el costo de su deuda, dificultando el acceso a nuevos recursos y planes de crecimiento, sino que también disminuye la demanda de sus bienes y servicios. “Estas contracciones económicas golpean principalmente a las empresas más pequeñas debido a que tienen menor músculo financiero para soportarlo por periodos extensos”, indica Rave.
En esa línea, expertos de Asegúrate de Vivir de SURA suman que “todos estos factores provocan que el dinero sea más caro en un momento donde el acceso a financiamiento es más necesario, porque la economía se está recuperando y toda esta subida artificial de los precios impacta en esa recuperación’, concluyen al respecto.
Opciones de financiamiento para PyMEs en este contexto
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), las PyMEs “representan el 99% de las empresas de América Latina y el Caribe y el 67% del empleo”. “Sin embargo, reciben solo el 12% del crédito total. En ese contexto, el 17% utiliza créditos bancarios para financiar capital de trabajo a corto plazo. Mientras que aquellas que utilizan el crédito bancario para financiar los activos fijos es del 22%”, señalan en la OCDE.
“Endureciéndose cada vez más ese financiamiento tradicional, el cuidado de la liquidez y el flujo de caja empiezan a ser cada vez más crítico”, comenta Rave. Y enumera algunas alternativas de financiamiento. “El factoring (adquirir créditos provenientes de ventas de bienes muebles) y, en general, estrategias de disminución de rotación de cartera son claves. Para el acceso a nuevos recursos, la venta de activos, leasing, hipotecas inversas y préstamos con garantías a tasas preferenciales empiezan a ser estrategias comunes”, destaca el experto de SURA.
Por otro lado, la fintech Mambu, plataforma de Banca en la nube que impulsa préstamos y depósitos innovadores, afirma que en este escenario los emprendedores se ven obligados a buscar otras opciones de financiamiento. “Muchos recurren a amigos o familiares para poder conseguir fondos para sus empresas. El 43% ya lo ha tenido que hacer en el mundo, y, en el caso de Latinoamérica, el porcentaje sube hasta 56%”, aseguran directivos de la empresa.
En ConnectAmerica, una red social empresarial con presencia en Latinoamérica, suman al crowdfunding como una alternativa de financiamiento. “Es un mecanismo democratizador de las opciones de financiamiento para emprendedores”, dicen desde el organismo que busca ayudar a las Pymes a fortalecer sus negocios.
“Cualquier emprendedor con acceso al Internet puede lanzar una propuesta en alguna de las tantas plataformas que existen, sin tener que presentar un historial crediticio u otras formalidades que requeriría una institución financiera tradicional”, continúan.
Finalmente, Rave destaca que el Venture Debt es otra opción. “En esta variante se combina la devolución del capital mediante acciones de la empresa”, comenta el experto de SURA. A lo que agrega: “Esta herramienta empieza a dejar de ser de uso exclusivo de startups y puede ser un mecanismo de riesgo compartido en este contexto”.
Variables a tener en cuenta por las Pymes
En un escenario con inflación, desabastecimiento de materias primas y productos manufacturados y suba de tasas de interés, las Pymes deben tener en cuenta distintas variables al momento de financiarse. Sobre todo para evitar una operación que derive en el cierre de la empresa por no poder hacer frente a las obligaciones contraídas.
Este punto es relevante porque, según un informe del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática de México, el 30% de los negocios desaparece en su primer año de operación y 65% antes de cumplir 5 años”. “Y en gran parte suele deberse a problemas con el financiamiento”, suman en la institución.
“Por esta razón, las Pymes deben, por un lado, cuidar primero su liquidez y optimizar su flujo de caja. A eso se debe sumar una optimización de sus activos y un proceso de desinversión de ser necesario”, subraya Rave. “Buscar estrategias de endeudamiento de riesgo compartido y establecer estrategias de gasto variable donde se maximice su flexibilidad también es importante”, refuerza el experto de SURA.
Para concluir, Rave afirma que las Pymes en América Latina “deberán moverse con mucho más cuidado”. “Pero quedarse quieto esperando el cambio puede agotar rápidamente el tanque de reserva. Se requiere una apuesta por la innovación en modelos de negocio, la vinculación a las economías digitales, la expansión hacia nuevos mercados, la diversificación y las estructuras livianas y flexibles”, concluye el Director regional de soluciones para empresas en SURA.
En este complejo contexto, Seguros SURA ofrece asesoramiento y respaldo a través de distintos canales de comunicación. Y en esa línea, también se creó un espacio para potenciar el crecimiento de las Pymes y anticiparse a los cambios con el objetivo de tener ventajas en un mundo cada vez más competitivo.