Un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), publicado en el 2019, señala que, en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, y Uruguay, el 99,5% de las empresas son pymes. Además, estas organizaciones generan el 60% de los empleos formales, convirtiéndose en importantes nodos de desarrollo económico en la región.
En todo este panorama, las pymes tienen un reto importante: crecer y lograr las transformaciones que les permitan ser más productivas y competitivas. En ese sentido, se hace fundamental para estas organizaciones planificar acciones coordinadas que las lleven a alcanzar sus objetivos a corto, mediano y largo plazo.
Es ahí donde surge la necesidad de una estrategia de gestión financiera, que es un plan de acción que les permite a las organizaciones maximizar sus utilidades, logrando beneficios para toda la compañía. Asimismo, abarca distintas decisiones de inversión y financiación que necesita la empresa para lograr el crecimiento sostenible.
Pero, ¿cómo pueden hacer las organizaciones para crear un plan eficiente? Primero, es fundamental realizar un estudio y análisis profundo del entorno, pues en él están las principales tendencias que posibilitan las transformaciones profundas. Así, conocer cómo actúa el sector, los consumidores y la economía es clave para formular una estrategia que tome en cuenta la multiplicidad de factores que pueden influir directamente en el negocio.
Sumado a esto, una buena estrategia financiera debe estar articulada a la corporativa. Así será más fácil para las empresas plantear los objetivos y metas respecto al ámbito financiero y lograrlas a través de acciones 360° que abarcan lo comunicacional y el mercadeo, entre otros aspectos.
Sin embargo, ninguna estrategia está completa si no se contemplan desde el inicio los métodos de evaluación y control del desempeño. Es ahí donde las organizaciones pueden tomar decisiones respecto a las estrategias planteadas y, si es el caso, reevaluarlas para el bien general de la empresa.
Beneficios de las estrategias de gestión financiera
Según el informe Mipymes en América Latina: un frágil desempeño y nuevos desafíos para las políticas de fomento, publicado por la Cepal en 2019, las pymes representan solo el 25 % del PIB de la región. Esto significa que, si bien tienen un porcentaje significativo en cuanto al número y la cantidad de empleos que genera, aún hay una serie de retos que deben enfrentar para ser más competitivas.
Así, las estrategias de gestión financiera no solo permiten la concesión de recursos, sino que también son una oportunidad para aumentar la productividad de las pymes. Además, es importante recalcar que no existe un manual de estrategias aplicables a todas las compañías: es importante reconocer las particularidades de cada empresa, sus perfiles de riesgo, su idea de negocio, su experiencia, sus objetivos y aquellas tendencias en el entorno que modifican su actuación.
Es por esto que el llamado está en la necesidad de hacer un análisis previo que le permita a las organizaciones actuar con la mayor eficiencia. Recordemos que las estrategias de gestión financiera llevan a las empresas a tomar mejores decisiones frente a la inversión de sus recursos, logrando así un impacto directo en sus finanzas y, por ende, en el crecimiento económico de la región.