Para que una empresa alcance la estabilidad no basta con ofrecer un buen producto, también debe saber analizar sus datos financieros y leer el entorno en el cual se desenvuelve. Sin estas dos premisas, las compañías no pueden tener un norte claro hacia el cual dirigir sus operaciones y esfuerzos.
En ese sentido, se hace necesaria una buena administración financiera que le permita a las organizaciones no solo optimizar sus recursos, sino también mejorar su competitividad y tomar mejores decisiones que les permitan crecer. Este último aspecto no solo tiene impactos en la misma empresa, sino también en la economía de la región: según el ranking de las 500 empresas más grandes de Latinoamérica, realizada por la revista América Economía, en el 2019 estas tuvieron un crecimiento del 3%. De estas, las primeras diez empresas son brasileñas, mexicanas y chilenas, países que están entre los más competitivos de la región.
Dichas cifras respaldan lo fundamental, que es el hecho de que las grandes, medianas y pequeñas empresas se tomen en serio la administración eficiente de sus finanzas, pues se convierten en un motor de desarrollo dentro de la sociedad.
Objetivos y beneficios de una buena administración financiera
La gestión financiera necesita del conocimiento profundo de aspectos relacionados como el punto de equilibrio y el tiempo de recuperación, y de temas económicos como la reducción del costo de capital y de operación de la empresa, así como el aumento de los ingresos.
De esta forma, dicha gestión provee datos de análisis que pueden mejorar la competitividad de las organizaciones y optimizar las decisiones relacionadas con temas como la administración, la inversión y la financiación. Igualmente, el análisis de estos datos permite que las empresas tomen decisiones de una manera más oportuna y que coordinen mejor sus equipos de trabajo.
No solo las grandes empresas deben administrar correctamente los asuntos financieros, las pymes también se ven beneficiadas por una correcta gestión. Al reconocer al detalle los datos y cifras internas, estas pueden mejorar su competitividad y buscar una mayor permanencia en el mercado.
Tecnología y administración financiera
El ingreso de la tecnología en el mundo empresarial ha permitido que ciertas tareas puedan ser delegadas a asistentes virtuales y softwares, así como a otros dispositivos y plataformas. Una encuesta realizada por la empresa estadounidense Cisco, revela que el 39% de las personas entregarían varias de sus labores a la inteligencia artificial.
Así, la tecnología también tiene un impacto en la administración financiera, debido a la popularización de herramientas digitales y tecnológicas para automatizar ciertas tareas. Lo anterior trae beneficios como la automatización del análisis de datos, algo que genera un ahorro de tiempo y mayor rapidez en la toma de decisiones ejecutivas.
Finalmente, cada organización tiene en sus manos la responsabilidad de propiciar espacios de análisis y discusión de datos que sirvan para establecer acciones que les permitan lograr sus metas. Solo de esta forma las empresas seguirán siendo relevantes en su entorno y convirtiéndose en un núcleo de desarrollo que impacte positivamente a todos sus stakeholders.