Con una recuperación parcial y desigual del empleo en América Latina, el panorama laboral en la región aún es incierto. Se estima que más del 30% de los empleos perdidos en el 2020 no fueron recuperados durante 2021.
“La pandemia debe ser vista como una crisis en el escenario normal de lo que son los procesos de crisis. Por lo tanto, debe verse la etapa post pandemia como una etapa post crisis. Y la crisis, lo que produce necesariamente, es un cambio en la composición de los mercados de trabajo y en los tipos de empleo y competencias”, explica Claudio Rama, economista y Director Académico Universidad de la Empresa (UDE) Uruguay, a Asegúrate de vivir.
Rama puntualiza que, en la actualidad, se desarrollan dos situaciones. “Primero, la proporción de inversión o tecnología por unidad de empleo creado es mayor. O sea que, hoy, por cada unidad de empleo, se requiere una inversión tecnológica y un capital superior. Lo segundo es que hay una recomposición de los mercados de trabajo hacia sectores que tienen más intensidad y mayor composición de competencia requerida. Por lo tanto, la región va a estar marcada por una recuperación del trabajo diferenciada hacia un aumento del empleo en los sectores de mayor nivel tecnológico”.
En América Latina, esta recuperación del empleo “se ha logrado de manera parcial”, pero aún lejos de retornar a la situación pre covid”, reconoce Andrés Rave, Director de soluciones para Empresas Suramericana de Seguros SURA. Y argumenta que “informes recientes de la OIT califican como “mediocre” la recuperación laboral del empleo en Latam. Se estima que más del 30% de los empleos perdido en el 2020 -una cifra cercana a los 50 millones de empleos-, no fueron recuperados durante el 2021”.
Informalidad laboral en la región
Esta situación de reactivación del trabajo lleva consigo mayor empleo informal y precarización del trabajo. Rave aclara que “las tasas de informalidad del empleo, ya altas en el 2019, crecieron de manera acelerada durante la pandemia, se estima que esta informalidad alcanza casi el 50% lo que además crea un círculo vicioso por la dificultad para acceder a subsidios y ayudas”.
Según el informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el crecimiento del empleo que se registró hasta el tercer trimestre del 2021 en Latinoamérica tiene que ver con la informalidad. Sobre todo, “en Argentina, Costa Rica, México, Paraguay y Perú. El empleo informal, ha representado alrededor del 70%”, cita El Universal al analizar el informe.
En el caso de México, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (Enoe) del Inegi, la tasa de informalidad fue del 56.5% durante diciembre del 2021. Esta cifra alcanzó el nivel más alto de los últimos 27 meses, mientras que en septiembre de 2019 fue del 56.6 %.
Otro sector desfavorecido por la pandemia es el de las mujeres. De acuerdo al informe La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad de la Cepal “las condiciones laborales de las mujeres en América Latina y el Caribe, generando un retroceso de más de una década en los avances logrados en materia de participación laboral”.
Frente a este panorama, Rama considera que “vamos a tener un crecimiento de la informalidad en relación a las etapas anteriores. Hasta que la economía tenga niveles superiores de crecimiento. Yo diría que, la informalidad se va a mantener e incrementar, pero también se va a incrementar el empleo más productivo y eficiente, que tiene asociación con más tecnología como parte del proceso de recuperación”.
Los sectores más afectados
En cuanto a los sectores más afectados, Rama considera que “van a depender de la medida en que se mantenga el comercio en internet, la compra de productos de servicios digitales y todo lo que es la economía que ha crecido internamente. En relación a los sectores externos, los que no estaban beneficiados, como el turismo, van a tener un incremento”.
Para concluir, el director de la UDE Uruguay sostiene que “la vida cotidiana de las personas recupera de a poco un escenario anterior a la pandemia. Lo cual cabe discutirse si tenemos que regresar a un mundo tradicional o haber utilizado la pandemia como un acelerador de las transformaciones que ya están en curso hacia una lógica más virtual”.
Rave de Seguros SURA agrega que “no hay duda de que la transformación de la empleabilidad ha traído este interrogante a los países de la región. La virtualidad y el trabajo remoto han globalizado las posibilidades de empleo y la importación del talento humano.
El auge de los freelance, independientes y conceptos como nómadas digitales, pasaron de ser una novedad a algo cada vez más cotidiano. El uso compartido de los espacios de oficina y los horarios mixtos parecen que llegaron para quedarse, detrás de una búsqueda de modelos más eficientes de empleabilidad”.
De cualquier manera, se corre el riesgo de que la tecnología y la necesidad creciente de perfiles digitales aumenten aún más las brechas sociales y laborales, dando pie a la continuidad de un esquema de recuperación del empleo desparejo y poco cualitativo.