Consumir diariamente los micro y macronutrientes necesarios nos permite desarrollar adecuadamente nuestro metabolismo.
El bienestar físico, mental y emocional depende en gran medida de nuestros hábitos y estilo de vida, así como de las decisiones que tomamos a diario para cuidar de nosotros mismos. Uno de esos aspectos fundamentales a la hora de hablar de salud es la buena alimentación, debido a que esta nos proporciona energía para realizar nuestras actividades y garantizar el correcto funcionamiento del organismo.
Sin embargo, alimentarnos, en ocasiones suele ser algo rutinario: lo hacemos todos los días, a horas más o menos regulares y, por momentos, sin fijarnos bien en el valor nutricional de lo que consumimos. Por eso es importante tomar conciencia de esta actividad vital para la salud humana, pues solo así podremos escoger los alimentos que nos brinden los nutrientes necesarios de acuerdo con nuestros requerimientos.
¿Pero qué es la alimentación consciente y saludable? Paula Andrea Henao, nutricionista coach de SURA, la define como “la decisión consciente respecto a los alimentos y nutrientes que consumimos”. Además, resalta que la alimentación no solo nos aporta energía, sino que también “nos da información necesaria para prevenir enfermedades”.
Así, al tomar una actitud mucho más activa en este aspecto, nos estamos haciendo responsables de nuestra propia salud, entendiendo esta última como una habilidad que se desarrolla a través de las decisiones y acciones que contribuyen a nuestro bienestar.
Ver video en: ¿Cómo impacta a la salud la forma en que nos alimentamos?
Nutrientes que nos hacen bien
Muchos son los factores que pueden influir en nuestro estado de salud y la alimentación es uno de ellos. Por esto, cada día debemos seleccionar alimentos que nos brinden los macro y micronutrientes necesarios para que nuestro cuerpo pueda hacer sus proceso metabólicos, que son todas aquellas reacciones físicas y químicas que ocurren en el organismo.
De esta forma, una alimentación equilibrada permite que las células lleven a cabo sus procesos adecuadamente. Por ejemplo, uno de los órganos más beneficiados con la alimentación consciente y saludable es el cerebro: estudios que demuestran que comer bien mejora la concentración y la memoria, lo que es importante a la hora de prevenir las enfermedades neurodegenerativas.
En la actualidad, la preocupación por dichas patologías ha cobrado relevancia: la federación conocida como Alzheimer’s Disease International estima que para el año 2050 habrá más de 133 millones de personas con enfermedad de Alzheimer en el mundo.
Por esto, según Paula Andrea Henao, es importante consumir alimentos neuroprotectores como las vitaminas del complejo B, la vitamina D y el hierro, así como antioxidantes de las vitamina A, D, C y en el selenio para preservar la respuesta cognitiva. Igualmente, los carotenoides, presentes en frutas y verduras de colores amarillo, rojo y anaranjado son importantes para evitar el deterioro cognitivo.
No obstante, la alimentación consciente por sí sola no es suficiente: primero debemos comprender que una adecuada nutrición depende, en gran medida, de la actividad física y el descanso. Realizar ejercicios aeróbicos y actividades que fortalezcan nuestra masa muscular al menos 150 minutos a la semana es fundamental para conservar la salud.
Por otro lado, un descanso diario de al menos siete horas y media permite un mejor estado nutricional, así como mantiene “el equilibrio energético y molecular, la función intelectual, el estado de alerta y el humor”, según el Dr. Merrill Mitler, neurocientífico del National Institutes of Health (NIH).
De esta forma, comer bien debe hacer parte de las decisiones conscientes que nos permitan llevar una vida equilibrada y en la que los hábitos saludables sean el pilar de nuestras acciones cotidianas. Así, lograremos empoderarnos de nuestra salud y bienestar.