La protección que podemos brindar a nuestros seres queridos, durante los efectos de la pandemia, ha sido un rasgo de humanidad y empatía muy presente en la actual crisis. Saber qué hacer, será de gran importancia para asegurarnos de vivir rutinas familiares que protejan la salud mental y emocional de nuestros hijos.
La salud mental, según Moisés Mebarak en la revista científica Psicología desde el caribe, es un concepto que “implica el desarrollo de estilos de vida y de características personales, interpersonales, sociales y laborales, que apuntan a una idea integrada de bienestar biopsicosocial”. Establecer rutinas familiares favorecerá a nuestra salud, especialmente a la de nuestros hijos.
Los niños y niñas, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) son una población vulnerable en el contexto de la COVID-19. La pandemia ha generado problemas específicos en la salud mental en la infancia que deben ser detectados y tratados. Brindarles protección, confianza e información real, con un lenguaje adecuado según su edad, será clave para ayudarles a adaptarse.
Lo primero que debemos hacer es buscar información de fuentes oficiales e investigar acciones que podamos replicar en nuestra vida cotidiana. Adoptarlas como prácticas habituales nos acoplará a la nueva normalidad. Algunas recomendaciones a tener en cuenta, según La Organización Mundial de la Salud (OMS), son las siguientes:
- Mantengamos las rutinas familiares siempre que sea posible o definamos nuevas rutinas, especialmente si debemos permanecer en casa.
- Hablemos del nuevo coronavirus con nuestros hijos de forma sincera y utilizando un lenguaje adecuado a su edad.
- Ayudemos con su aprendizaje en casa y asegurémonos de que tengan tiempo para jugar.
- Ayudemos a encontrar formas positivas de expresar sentimientos como el miedo y la tristeza. A veces puede ser útil hacerlo mediante una actividad creativa como jugar o pintar.
- Ayudemos a los niños a mantenerse en contacto con sus amigos y familiares por teléfono y por internet.
- Asegurémonos de que nuestros hijos no pasen todo el día delante de la pantalla y realicemos con ellos otro tipo de actividades como preparar un pastel, cantar y bailar o jugar en el patio o jardín si dispone de ellos.
Observar nuestro entorno, escuchar nuestro cuerpo y proteger a nuestros seres queridos, como a nosotros mismos, nos asegura de vivir. En un mundo cambiante, los seguros de salud de SURA se adaptan a las personas, para que continuemos con el cuidado biopsicosocial de nuestra salud y la de las personas que nos importan.