Diversas edades, niveles socioeconómicos y gran variedad de gustos: así es el grupo poblacional que parece conformar una nueva gran tendencia: preocuparse más por la salud y querer atención de calidad de manera inmediata. ¿Cómo gestionar estas nuevas condiciones? Te lo contamos.
La ‘nueva normalidad’ se convirtió en un tema constante. El día a día que vivíamos antes del 2020 cambió sustancialmente, así como las concepciones alrededor de la salud, la vida y la socialización.
Con estas transformaciones se alteró, por supuesto, la idea de bienestar. ¿Qué es estar bien hoy? Múltiples investigaciones apuntan a que este concepto está directamente relacionado con la alimentación saludable, la libertad de contagio y la atención en tiempo récord.
Después de la aparición del COVID-19, los pacientes tienen nuevas necesidades y, más que nunca, los latinoamericanos empezaron a concebir la tecnología como una gran aliada para minimizar los traumatismos en el sistema.
Hablamos de un consumidor general, y en lo que concierne a la salud, radicalmente diferente. ¿Cómo es ese nuevo consumidor? Según Market Medios, “el cliente pos-covid es selectivo, racional, analista de precios y decisiones de adquisición, es claramente más sensible a la repercusión de su consumo al medio ambiente”.
Por su parte, Javi Pastor, experto en copywriting y publicidad, afirma que “para este nuevo individuo el cuidado de la salud es una prioridad y preocuparse por el estado del cliente y por protegerle del virus es una de las claves para conectar con él y ganar su confianza en esta nueva etapa”.
La tecnología como el mejor aliado en la prestación de salud
Si los consumidores de salud quieren una atención de calidad e inmediata, es deber del sistema prepararse para ofrecerla, encontrando en la tecnología la herramienta precisa para alcanzar los mejores estándares.
Así lo afirma Edgar Matamoros, IT Services Solutions Manager en Ricoh Latin America, quien cree que “uno de los primeros pasos para lograrlo es lo que ya muchas organizaciones tuvieron que habilitar aceleradamente: acceso y capacidad de operación remotos con el fin de afectar lo menos el servicio”.
Otro de los requisitos es adaptar la atención a los medios, formas y canales de consumo que habitan normalmente los consumidores. “Es un hecho que Internet, las redes sociales y, en definitiva, la digitalización, está afectando a todos los hábitos de consumo, incluidos los relacionados con la oficina de farmacia. Para adaptarnos a esta realidad lo primero que tenemos que hacer es determinar lo que quiere el consumidor en este nuevo entorno y qué es lo que más valora”, afirma la vicepresidenta del COF de Barcelona (Colegio Oficial de Farmaceúticos), Núria Bosch.
Ir a donde el consumidor se encuentra, relacionarse con él, entenderlo y empezar a trabajar de su lado es importante porque solo así podrá ser cada vez más competente en el mercado. Según el último informe de BrandStrat, la inmediatez será el gran diferencial en el consumo, “El tiempo es oro, cada vez más el consumidor valora la rapidez en todo sentido de la palabra: interacciones en los medios sociales, en el envío de productos en compras por internet, en quejas y reclamos. Buscan soluciones prácticas con el mínimo esfuerzo que los satisfagan inmediatamente”.
La actualidad exige una oferta de estilos de vida orientados a la eficiencia y que trasciendan el premio inmediato. El bienestar en todos los escenarios es y continuará siendo la búsqueda del cliente. La supervivencia del mercado, según lo anterior, se dará entre quienes entiendan al usuario, le hablen en su lenguaje y sobre lo que a este realmente le interesa. La salud y la atención al cliente serán, de ahora en más, aliados inseparables.