Se viene presentando de manera constante un incremento poblacional global principalmente catapultado por el aumento de la esperanza de vida de las personas en un escenario de fertilidad media. Este escenario pone de manifiesto una población caracterizada por un incremento en la edad media, seguido de procesos de envejecimiento dispares según los contextos de cada región.
La tasa global de fecundidad viene descendiendo, por lo que se plantea un escenario de fertilidad media en casi todo el mundo. Bajo estos postulados se entiende que el envejecimiento/longevidad repercuten más en el incremento poblacional que incluso la fecundidad. A su vez, la población joven tiende a disminuir en las estructuras poblacionales, con los consecuentes desafíos que esto implica especialmente para la productividad y la economía.
Cabe destacar que estos cambios presentan características y velocidades diferentes acordes a cada región y país. Los países con mayor nivel de desarrollo iniciaron hace varias décadas el proceso de envejecimiento de sus habitantes, mientras que los países en vías de desarrollo tienen un nivel incipiente de este proceso y los países menos desarrollados aún no lo inician. La longevidad plantea cambios de dinámica en cada etapa de la vida, ya que se prolonga cada etapa y se transforman las expectativas. Uno de los efectos más palpables es la prolongación de la vida laboral, especialmente en los países europeos.