Cuidar y fortalecer nuestra salud no solo son acciones momentáneas ni esporádicas, sino que debe ser una elección que hagamos día a día y para ello es necesario adquirir hábitos que nos permitan actuar de manera natural para consentirnos y mantener cuerpo y mente sanas con prácticas que nos ayuden a oxigenar nuestro ser y darnos fuerza al asegurarnos de vivir con mayor conciencia vital y responsabilidad.
Hablar de salud no solo es tema de conversación a la hora de acudir a centros médicos, sino de manera habitual. Incorporar acciones y elecciones en nuestras prácticas cotidianas nos posibilitan alargar nuestra longevidad y adquirir mayor calidad de vida porque desde siempre estaremos fortaleciendo nuestro cuerpo, nuestra mente y los procesos internos necesarios para estar y sentirnos bien.
El bienestar, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. El cuidado de nuestra salud no es exclusivo de medicamentos, sino que podemos lograr un estado saludable al naturalizar prácticas deportivas, culinarias y de ocio.
Sin embargo, antes de iniciar o adoptar algo nuevo con relación a nuestro organismo será de gran importancia la consulta a un médico o especialista que nos indique, posterior a diagnosticar nuestro estado actual de salud, qué tipo de ejercicios físicos o tipos de alimentos podremos incorporar a nuestros hábitos.
Cuando modificamos nuestras elecciones, intereses y acciones como el sedentarismo, el consumo de sustancias nocivas o sustancias adictivas, nuestra condición física y mental cambia, se fortalece y tiene gran mejoramiento en general. Hacerlo fortalece también nuestro sistema inmunológico, bienestar y conexión con la naturaleza y con otras personas.
Entre las acciones a incorporar o mejorar, según la página especializada SerSaludables están:
Dormir y descansar lo suficiente: procuremos dormir las horas suficientes, de 8 a 10 son las horas recomendadas para una persona adulta.
Mantener un equilibrio mental: compartir con familiares y amigos; realizar actividades recreativas, de arte y ocio reducen el estrés, el cansancio y la ansiedad.
Ejercitarse a diario: Caminar, montar en bicicleta, bailar y algunas áreas domésticas se incluyen entre las opciones que no nos costará mucho esfuerzo para fortalecer nuestra actividad física aeróbica durante al menos 150 minutos semanales.
Garantizar el desarrollo adecuado de nuestras etapas evolutivas es muy importante, sobre todo en la infancia y adolescencia cuando se requiere la interacción social, las experiencias al aire libre y el desconectar pantallas. Para cuidar la salud mental se requiere el apoyo de la familia, el fortalecimiento de políticas para la salud mental y el acompañamiento de expertos y especialistas que encuentras en Seguros SURA en toda Latinoamérica.