El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud calificó el nuevo brote de coronavirus como pandemia. ¿Cuáles son las implicaciones y cómo se comporta este fenómeno? Aquí te lo contamos.

Para que una enfermedad sea denominada pandemia, esta debe haberse extendido por al menos dos continentes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El agente infeccioso, a su vez, debe producir un inusitado aumento de los casos, como ha ocurrido con el COVID-19.

A estas características, el doctor Carlos Andrés Agudelo Restrepo, especialista en Medicina Interna y magíster en Epidemiología, agrega que la enfermedad no puede ser evitada, e “implica la mortalidad de seres humanos y la afectación de muchos otros, a lo que se añade, en muchas ocasiones, el colapso de sistemas de salud, como está pasado ahora en Italia, la afectación en la economía y el deterioro en el tejido social”, afirma el médico.

El COVID-19 fue notificado por primera vez el 31 de diciembre del 2019 en Wuhan (China) y, hasta el 24 de marzo de 2020, se conocen más de 380 mil infectados en 190 países, provocando el deceso de 16 mil personas. Poco más de 100 mil personas se han recuperado.

Según el experto, ante una pandemia existen tres fases específicas para enfrentarla y tratar de disminuir el impacto que puede tener en las comunidades.

Fase de contención: esta busca mitigar la diseminación de la enfermedad y en ella se aplican estrategias como la vacunación, la identificación de los afectados y el aislamiento de los casos.

Fase de mitigación: en caso de no ser contenida la enfermedad, se pasa a esta fase que tiene como fin disminuir el impacto que puede tener sobre los sistemas de salud, y se dictan medidas para que no se presente un pico de contagiados en un periodo corto de tiempo.

También se educa a la comunidad para evitar el contagio, en este caso, por tos y estornudo, se promueve la higiene de manos y el distanciamiento social.

Fase de supresión: esta se da en casos más extremos e implica la cuarentena en la que se produce el aislamiento de las personas durante un tiempo no específico mientras se controla la propagación.

¿Qué hay que evitar?
Según el doctor Agudelo, son dos los comportamientos que pueden dificultar la contención del virus.

1. Difusión de noticias falsas. Es conocido que, en momentos de crisis, a través de varios medios, comienza a circular información que no necesariamente es cierta. La recomendación es no difundirla, eliminarla y denunciarla ante las autoridades competentes.
2. No adherirse a las recomendaciones de las autoridades e, incluso, llevar a cabo actos en contra de estas, lo que dificulta el control de la pandemia y favorece la propagación de la misma.

En contexto: las pandemias más relevantes de las últimas décadas

Quizá la pandemia más grande, que hoy continúa en curso, es la infección por el virus del VIH, que comenzó en Estados Unidos a principios de 1970. También, la infección por el virus del Zika, que reapareció en el 2014 y cuya consecuencia más evidente es la microcefalia en recién nacidos de madres infectadas. Finalmente, la más semejante al COVID-19 es la pandemia conocida como influenza, en el 2009, que comenzó en México por el H1N1.

Los expertos coinciden en que la mejor manera de prevenir el contagio por COVID-19, es el lavado de manos con agua y jabón, la higiene respiratoria y el aislamiento social.

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