Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, defensa es un “arma, instrumento u otra cosa con que alguien se defiende de un peligro”. Nuestro cuerpo se defiende de emociones que pueden generarle daño, pero la clave está en saber gestionarlas.

Cada día cobra mayor importancia la capacidad de ser conscientes e identificar qué es lo que nos genera estrés. La dimensión positiva de la salud mental ha sido definida por la OMS como “un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.

Es fundamental comprender que las emociones están ligadas a la forma en la que nuestro cuerpo responde cuando se enfrenta a alguna enfermedad o virus. La médica Clara Sandoval, especialista en manejo de las emociones en niños y jóvenes, explica que “las emociones originadas en nuestro cerebro generan sustancias que estimulan las glándulas y estas a su vez crean hormonas que van a nuestro sistema inmunológico activando así las defensas del cuerpo”.

Una de las principales causas de las emociones negativas son los miedos infundados que nos han acompañado durante mucho tiempo sin saberlo. No siempre se requiere de una intervención con un especialista pues para mantener el equilibrio emocional podemos practicar algunas actividades que generen consciencia a la hora de gestionar nuestros sentimientos.

Una de las enfermedades más comunes en el mundo de hoy es el estrés. María Rosazza, médico y psicoterapeuta, señala que “aunque estar estresado no hará que te enfermes, sí genera cambios en tu sistema inmunológico. Por ejemplo, es común que si estás estresado algunos tejidos de tu cuerpo se inflamen y algunas células, las relacionadas con el sistema inmunológico, se vean afectadas”. ¿Cuál es el resultado? Si el cuerpo es atacado por algún virus las defensas no estarán en las condiciones ideales para combatirlo.

La psicóloga Laurie Santos, profesora del curso “Psicología y buena vida” en la Universidad de Yale, dice que la ciencia “ha mostrado que ser feliz requiere un esfuerzo intencional”. Por eso, hay que dedicarnos tiempo ya que si estamos felices hay más probabilidades de estar sanos y evitar muchos dolores de cabeza. A continuación, te dejamos algunos ejercicios recomendamos en el curso de Laurie Santos que te ayudarán a activar tus emociones positivas y a aumentar las defensas de tu cuerpo durante este periodo de aislamiento:

1. Lista de gratitud. Agradecer nos hace conscientes de las cosas buenas que nos pasan y lo afortunados que somos al contar con personas que buscan nuestro bienestar.

2. Dormir más y mejor. Un buen descanso nos pone en disposición para realizar nuestras actividades diarias, disminuye la depresión y aumenta la actitud positiva.

3. Meditar. Cuando lo haces compartes contigo mismo, tus emociones se canalizan mejor y neutralizas las sensaciones negativas.

4. Tiempo con familia y amigos. Somos seres sociales por naturaleza. Durante el tiempo del COVID-19 podemos seguirlo siendo por medio de videollamadas, mensajes de voz o llamadas telefónicas. Asilarse para protegerse no significa olvidar a quienes más queremos.

5. Menos redes sociales y más conexiones reales. Todo en su justa medida. Durante la cuarentena podemos darles un excelente uso a las redes sociales para estar cerca de nuestra familia y amigos. Dedicar solo un tiempo limitado a estar en las redes también ayudará a evitar la sobreinformación y así evitarás episodios de ansiedad o estrés.

Todo lo anterior te permitirá comprobar que las emociones y pensamientos positivos sirven de protección tanto a nuestra mente como a nuestro cuerpo. Es importante aclarar que no hay que satanizar o evitar las emociones negativas, porque éstas también son importantes al defendernos de amenazas externas. Por ejemplo, el miedo es una reacción que tenemos ante un peligro; la tristeza es una respuesta que tenemos ante una pérdida y nos ayuda a adaptarnos a esta nueva realidad; la rabia o el enojo sale a la luz cuando alguien nos ofende o ataca y queremos hacernos valer y respetar.

Las emociones están ligadas a nuestras defensas y protección, la clave está en saber manejarlas para que en realidad aporten. No permitamos que nuestras emociones, especialmente las negativas, se nos salgan de control, pues el equilibrio de lo que sentimos hace que seamos más felices y sanos. Así que trata de sonreír lo más que puedas y serás tu propia medicina. Si tienes tiempo, puedes ver la película Inside out (Intensamente) y ver cómo funcionan tus emociones.

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