Valorando lo simple
Las compras no esenciales como los bienes de lujo se ven aplazadas y las personas se conectan con lo básico. El confinamiento ha hecho que las personas retomen actividades que solían hacer y que por el trabajo y la demanda de tiempo en un mundo acelerado, habían quedado en el pasado. Se transforma gran parte de nuestros hábitos y de las valoraciones que teníamos por aquellos productos de lujo, para encontrar formas de sentirnos cómodos y disfrutar de lo normal, de un día a día más simple. Se vuelve relevante disfrutar de los pequeños momentos del día, como tomar el sol, disfrutar un café o llamar un amigo.
Las personas muestran interés por hacer las cosas de acuerdo con sus gustos, prefieren disminuir gastos y disfrutar de conseguir lo que desean con un toque personal.Esto se fortalece con la tecnología, que facilita el acceso a la información y permite que todos estemos conectados de forma rápida y fácil, apalancado por una conciencia colectiva donde personas y empresas comparten conocimientos, experiencias y ofrecen facilidades para sobrellevar este nuevo estilo de vida.