La creciente demanda de alimentos y otros productos agrícolas plantea la pregunta de cómo el sector logrará ampliar la producción y, sobre todo, si podrá hacerlo de manera sostenible. Ha llegado el momento de incorporar las amenazas climáticas en la planificación del uso del suelo y del aprovechamiento de los territorios, teniendo en cuenta que, al fortalecer el capital social y ecosistémico, se disminuye la exposición y la vulnerabilidad, componentes claves del riesgo.
Es por esto que uno de los objetivos a nivel mundial para hacer frente a la crisis climática es la de implementar formas económicas menos agresivas con el medio ambiente. Como bien expone la Ingeniera industrial Laura Cubillos en un artículo , “nuestro modelo de producción en masa y consumo masivo está probando los límites físicos del planeta y amenaza la estabilidad de nuestro futuro. Recursos básicos como el agua, los alimentos y la energía están en juego”.
En este escenario, surgen tendencias que persiguen como gran objetivo encauzar la producción industrial hacia una naturaleza sostenible. Un concepto en el que se está enfatizando es la bioeconomía circular. A partir de sus principios, pueden desarrollarse nuevas actividades productivas con el aprovechamiento de la biomasa residual (por ejemplo, de procesos agrícolas y forestales) y de desechos (como los domésticos).
Claves para entender la bioeconomía circular
La Comisión Europea señala que la bioeconomía comprende aquellas partes de la economía que utilizan recursos biológicos renovables de la tierra y el mar, tales como cultivos, bosques, peces, animales y microorganismos para producir alimentos, materiales y energía. Se trata de la integración de la bioeconomía y la economía circular, donde la sostenibilidad en el uso de los recursos es la clave.
Desde el Foro Económico Mundial, comenta Cubillos, “se propone un nuevo modelo industrial que se opone al modelo lineal de consumo de recursos”, privilegiando su “uso restaurativo” que no solo consiste en reciclar, sino también en maximizar lo que ya está en uso, reintegrar partes inutilizables restantes para otro propósito. Con este nuevo modelo económico, insiste la ingeniería, “el consumo se podría reducir hasta en un 32% en 15 años y para 2050 en más de la mitad”.
Los expertos del portal Harvard Business Review explican que las compañías que fueron exitosas efectuando políticas de economía circular, lo hicieron siguiendo estas medidas: “Implementar arquitecturas de productos modulares, alquilar en lugar de vender sus productos y ampliar el reacondicionamiento de sus productos”.
Todas estas medidas tienen y tendrán a largo plazo un impacto positivo en el medio ambiente ya que, al disminuir la producción con insumos directos de los recursos naturales, “disminuirá la dependencia a estos, así como la contaminación que generan los procesos productivos de bienes y servicios”, sostienen desde Harvard.
Bioeconomía circular en Latinoamérica
Entre los principales desafíos para la implementación de economía circular en la región se encuentra la gestión de los residuos sólidos municipales, como lo señala el informe de la CEPAL sobre ‘Economía circular en América Latina y el Caribe’. Sin embargo, la importancia del reciclaje crece en la región, así como el rol activo de los recicladores y las plantas de tratamiento de estos materiales para su reutilización y aprovechamiento.
A nivel productivo, la bioeconomía circular está generando cambios profundos en el Agro. Expertos de Asegúrate de Vivir explican los avances de la región en la materia:
- Ecuador. Ganadería climáticamente inteligente. La adopción de buenas prácticas ganaderas, con apoyo financiero y tecnológico del sector privado, permitió aumentar los rendimientos y los ingresos de los productores, a la vez que redujo las emisiones de GEI y mejoró el estado de los suelos y la biodiversidad.
- Chile. Conservación y uso sustentable de la estepa patagónica para la ganadería sostenible.
- Uruguay. Producción ganadera climáticamente inteligente, restauración de tierras en las pasturas y sistemas sostenibles de ganadería. Gestión ambientalmente adecuada de plaguicidas. La adaptación local de tecnología, asociada a la participación de agricultores jóvenes formadores de opinión, facilitó el desarrollo de alternativas productivas efectivas.
- Argentina. Sistemas de certificación de carne vacuna ecológica.
- Brasil. Sello carne carbono neutro, programa de eficiencia energética de los recursos de la cadena de suministro de carne de vacuno. Gestión sostenible y comunitaria de la captura incidental en pesquerías de arrastre.
- México. El aumento de la eficiencia energética y aprovechamiento de residuos orgánicos para generación de energía en la agroindustria fortaleció la unidad productiva, las condiciones laborales de los trabajadores y la salud ambiental de las comunidades aledañas.
- Colombia. Mesas técnicas agroclimáticas. El desarrollo de mecanismos participativos de concertación territorial en torno a información agroclimática le permite al productor tomar mejores decisiones y reducir su riesgo climático, mediante el acceso a recomendaciones oportunas, relevantes y adaptadas a su contexto. Además, la promoción de la legalidad ha generado empleo e inversión en el desarrollo de las comunidades forestales.
“Argentina se ha destacado por su producción agroecológica de gran escala. En el país del sur pueden encontrarse unidades mixtas de cultivos y ganadería con una extensión de entre 50 y 600 hectáreas”, recuerdan desde Asegúrate de Vivir.
Por otra parte, los cultivos genéticamente modificados (OGM), tanto de soja como de maíz y algodón, representan casi el 100% del área sembrada con estos cultivos. Lo mismo se observa en Brasil donde, en todos los casos, los porcentajes de adopción se ubican por encima del 85% del área sembrada con cada cultivo (soja, 92.3%; algodón, 94%; y maíz, 86%).
Seguros SURA cuenta con un amplio conocimiento del sector agropecuario. Ha conformado una red de expertos y aliados que apalancan el desarrollo del conocimiento aplicado, para responder a las necesidades actuales y aprovechar las oportunidades que puedan generarse. Para esto, realiza una observación estructurada del entorno, a partir de la cual entiende las tendencias que van manifestándose y que pueden impactar todo el ecosistema desde diferentes frentes: regulatorio, logístico, de mercado, ambiental y tecnológico.
De esta manera, brinda a sus clientes un acompañamiento que les permita anticiparse y estar preparados a estas tendencias. Igualmente, Seguros SURA proporciona herramientas que permiten monitorear el comportamiento de variables climáticas históricas y predictivas, las cuales apoyan la toma de decisiones, para reducir la incertidumbre y buscar así gestionar posibles riesgos o aprovechar al máximo condiciones que sean favorables para los cultivos.
Los riesgos operacionales, los cambios en los estilos de vida de las personas, las transformaciones en el entorno, los riesgos emergentes son todos aspectos que deben considerar los empresarios de hoy para mantenerse vigentes.