Las últimas elecciones presidenciales celebradas en Colombia fueron un punto de inflexión más en el escenario político internacional. La pandemia incrementó el descontento de la población con la clase política. Y a las crisis institucionales domésticas se le agrega un entramado internacional complejo, como la invasión de Rusia a Ucrania y el proceso inflacionario global más importante de los últimos cuarenta años en los Estados Unidos.
“Todo esto consolida un descontento que se plasmó en la decisión del electorado de arrasar con estructuras políticas consolidadas”, dice Guido Saab, Magíster en Relaciones Económicas Internacionales de la UBA y profesor de Teoría de las Relaciones Internacionales en la Universidad Católica Argentina.
El hecho más característico de este período -insiste el académico- tiene que ver con la marcada inclinación del electorado regional por destituir a los gobernantes de turno. “La gente le está haciendo pagar caro los magros resultados de gestión a los gobernantes”, agrega Saab, y da un dato ilustrativo: “De las últimas nueve elecciones presidenciales en la región, en seis han triunfado opciones progresistas”.
A su vez, las últimas siete elecciones presidenciales fueron ganadas por la oposición. “Esto marca que el electorado se viene inclinando siempre por la oposición, pero no siempre por la izquierda. De hecho, han crecido fuertemente personajes como Javier Milei en Argentina o Kats en Chile, quienes representan el liberalismo extremo”, profundiza.
El voto del descontento
Paralelamente, Patricio Giusto, Director Ejecutivo del Observatorio Sino-Argentino, agrega que este cambio hacia el progresismo en Latinoamérica no tiene tanto que ver con un convencimiento o enamoramiento con esas ideas, “sino que es una suerte de voto para criticar y rechazar los gobiernos actuales, que casualmente muchos de ellos eran de derecha, como ha sido el caso de las recientes elecciones en Chile y en Colombia”.
“Hace un año, en Ecuador pasó lo contrario. Para rechazar el gobierno que estaba antes, más de una línea progresista, ganó un partido de derecha. Es probable que en Argentina pase lo mismo en 2023. Y, siguiendo la misma lógica, Lula ganaría en Brasil”, explica Giusto.
De alguna forma, define el especialista, “es un fenómeno muy amplio de la región que obedece más, no a un convencimiento o resurgimiento de las ideas de centroizquierda, sino un ‘voto bronca’ contra el sistema que, casualmente en este caso, coincide con varios gobiernos de derecha que caen bajo ese castigo. Y en Centroamérica también hemos visto que eso ha pasado en países como Costa Rica”.
Detrás de del ‘voto bronca’, dice Giusto, están las mismas preocupaciones de siempre (educación, trabajo, salud, economía, acceso a la vivienda), “con una situación social más acuciante y una situación económica más crítica en gran parte de estos países”, con los casos destacados de la Argentina y Venezuela, “que son los casos más graves de la región”.
Las aspiraciones de la clase media
En sus procesos de observación de tendencias, SURA viene estudiando algunos de los pilares que influyen en la calidad de vida de los latinoamericanos. Isabel Cristina Gutierrez Cadavid, Directora Regional Canales en Suramericana, explica que los ciclos y hábitos de vida diarios son cambiantes. La educación, el trabajo y el acceso a la vivienda son deseos aspiracionales de la clase media que han sufrido transformaciones en los últimos años.
“Actualmente se puede trabajar en cualquier momento y lugar, teniendo así la opción de elegir dónde, cómo y cuándo conectarse. Es el reto de la persona elegir y establecer una rutina de vida. El 86 % de los padres desean continuar con un trabajo flexible después del coronavirus, según Visual Captalist. A su vez, el 63 % dice que comenzó a trabajar como independiente por elección y el 79 % dijo que esta modalidad es mejor que un trabajo normal, indican desde Fastcompany”, agrega Gutierrez Cadavid.
La forma de habitar también ha evolucionado. El coliving, inmuebles destinados en un 100% al arriendo con espacios comunes y amenities de lujo, emerge como un nuevo estilo de vida. “Sus usuarios son personas que buscan una nueva forma de habitar los espacios, donde la comodidad y eficiencia del tiempo son prioridad”, destaca la directora en Suramericana.
“En general, son personas que privilegian la libertad, con un fuerte vínculo con la sostenibilidad y el medioambiente”, completa la experta. “En la región de América Latina y el Caribe, uno de cada cinco hogares arrienda su vivienda, que en su mayoría son por poblaciones jóvenes. En muchas de las principales ciudades latinoamericanas la gente tiende a alquilar su vivienda mucho más que hace diez años, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)”, completa.
Otra forma de aprender
Los procesos de aprendizaje han sido adaptados a lo largo del tiempo según las necesidades del mercado y los usuarios. En este siglo, y particularmente después de la pandemia, la tecnología se ha convertido en la principal herramienta para entregar conocimiento, sin dejar de lado los avances y adaptaciones pedagógicas.
El 74 % de los empleados están listos para adquirir nuevas habilidades y reacondicionarse completamente para ser relevantes y seguir siendo empleables en el futuro, según estudios recientes de PwC Consulting, precisa Gutierrez Cadavid.
“Eric Wyttynck, director de Información, Innovación y Digital de Sommet Education, dirigió el año pasado un foro de análisis para tratar de predecir cómo será la experiencia de aprendizaje de los estudiantes en el 2050, identificando tres tendencias clave: personalización, digitalización y aprendizaje permanente”, introduce.
A su vez, más del 50 % de las instituciones de educación superior, según un estudio de Gartner, comenzarán a rediseñar su experiencia estudiantil con el objetivo de hacerla más integrada y personalizada antes del 2021.
Según la firma Global Market Insights, los próximos avances tecnológicos aplicados a la educación están cada vez más cerca. Los analistas de la consultora creen que el siguiente paso será la incorporación de realidad aumentada al aprendizaje a través de internet y el uso de la nube para almacenar toda nuestra información. Otra de las tecnologías que podrían ayudar es la blockchain, con la que los certificados, por ejemplo, serán imposibles de falsificar.
Por esta razón, SURA viene desarrollando plataformas de servicio que pretenden dar visibilidad a estos cambios. Estas plataformas prestacionales en todos los países donde tiene presencia SURA, con el fin de acompañar la toma de decisiones de pequeños y medianos empresarios en este mundo tan cambiante. También se está vinculando en el diseño de plataformas de servicio para las personas.