Si bien esta tendencia ya se daba en los países nórdicos antes del Covid, la pandemia puso en jaque el sistema educativo en todo el mundo e invitó a los líderes a repensar la forma en que los más jóvenes aprenden. Las aulas presenciales, los escritorios individuales o en duplas, el profesor o la maestra al frente, son condiciones de una vieja manera de aprendizaje.
Según informa el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en su informe ‘Escuelas innovadoras en América Latina’, en Latinoamericana el problema de deserción escolar es aún una realidad persistente y uno de cada dos jóvenes no concluye la secundaria. Es decir, que más de 43 millones de latinoamericanos de entre 15 y 29 años no completaron su escuela secundaria, el 31% de la población juvenil de la región.
El contexto actual demostró que los países de Latinoamérica aún no están preparados para el próximo paso en la innovación educativa. Con la pandemia se puso en evidencia la imposibilidad de acceder a la educación de los jóvenes que no tienen los recursos digitales y que en la mayoría de los casos no recibieron el apoyo del instituto educativo para continuar con su aprendizaje.
Por lo tanto, en esta nueva forma de aprender que se plantea el primer paso está en la digitalización de la información y el brindar el acceso a la tecnología a toda la población. El BID plantea cinco senderos educativos para dar el paso hacia la innovación en las escuelas guiados por ejemplos de acciones que tuvieron efectividad y alcance:
- Escuelas PopUp Virtual Educa
Se trata de una fusión de dos proyectos surgidos de una articulación público- privada que permite a los Estados responder rápidamente a las necesidades educativas en contextos de crisis. Esta acción se presenta también como alternativa para enriquecer la infraestructura escolar ya existente. Desde 2010, Virtual Educa desarrolla estudios para la creación del “aula del futuro”, cuyo objetivo es la adaptación al entorno más inmediato de alumnos y docentes al siglo XXI.
- Telesecundaria
En segundo lugar, destaca la telesecundaria, un modelo que plantea sesiones de aprendizaje de 50 minutos y que cada una incluye un programa de televisión de 15 minutos. Las transmisiones se potenciaron con el uso de la Red Edusat como medio de comunicación, difusión y soporte a la educación, lo que contribuyó a la expansión de su cobertura. Este programa alcanzó a más de 1 millón de estudiantes en tan sólo un año.
- Escuelas ProA
En el tercer grupo, se hace hincapié en las escuelas públicas y la manera de innovar en ellas. En Argentina, por ejemplo, se desarrollaron las escuelas ProA, una propuesta experimental en el nivel secundario que hace hincapié en el uso de las TIC y ofrece a los estudiantes un plan de estudios para convertirse en Bachiller en Informática con Formación Especializada en Desarrollo de Software, y otro para recibirse de Técnico Informático en Programación.
- Escuela híbridas
Las escuelas híbridas en red son la cuarta posibilidad de educación innovadora que plantea el BID. En Colombia se desarrollaron propuestas educativas con las cuales se buscaba reducir las brechas en el acceso a la educación básica primaria, media y secundaria. Entre los servicios que brinda la institución se destacan los Centros Aprende, donde ofrece educación básica y media bajo una modalidad completamente en línea.
Esta propuesta educativa mediada por la virtualidad está dirigida a personas jóvenes y adultas que por condiciones específicas no han logrado culminar sus estudios ni tienen la posibilidad de acceder a un proceso educativo flexible que le permita articular estudio y trabajo.
- Laboratorios
Como quinto grupo se encuentran los laboratorios que distinguen a escuelas donde predomina el uso de la tecnología como forma de innovación. Son los laboratorios del futuro que muestran posibles tendencias y modelos. A menudo, tienen la ventaja de contar con inversión privada, lo cual les permite experimentar con más recursos.
Competencias y habilidades del futuro
Los modelos educativos del futuro presentan como hilo conductor que se encuentran basados en competencias de los alumnos y no refieren a un plan generalizado, ya que buscan brindar las herramientas reales para los trabajos del futuro. Además, se basan en la solución de problemas, la formación de habilidades blandas y del aprendizaje de manera permanente.
Con el desarrollo de la tecnología y su utilización, no solo en la educación sino en todas las industrias, las llamadas habilidades blandas empiezan a tomar relevancia desatando la necesidad de fortalecerlas desde la formación y abriendo una oportunidad para los actores de la industria.
Según el Foro Económico Mundial, la inteligencia emocional, la coordinación con otros y la flexibilidad cognitiva se incluirán entre las 10 habilidades principales que buscarán los empleadores al finalizar el 2020.
Expertos de Asegúrate de Vivir aseguran que “la tecnología digital permite a los profesores crear materiales de aprendizaje más interactivos, atractivos y flexibles en una variedad de formatos digitales y multimedia y ponerlos a disposición de los estudiantes de acuerdo a sus gustos y necesidades”.
De esta forma, explican que el aprendizaje puede transformarse en una experiencia personalizada al facilitar a los estudiantes abordar a su manera los problemas, “así como adquirir los conocimientos a su propio ritmo”. Esto también facilita que los estudiantes con mayor talento le ayuden a los demás.
La educación es una de las herramientas más poderosas para construir un mundo más igual en donde se reduzcan las brechas sociales. Por eso, desde Seguros SURA ayudan a promover un uso de la tecnología en la educación al servicio de los que menos tienen y más necesitan, para que la vanguardia de la digitalización no sea un mecanismo más para generar diferencias, sino que se convierta en un vehículo para evolucionar de manera homogénea.