Déficit fiscal
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Déficit fiscal: la necesidad de una estrategia para sostener un equilibrio delicado

13 junio 2022 Latinoamérica

Luego de un 2020 donde el déficit fiscal creció en América Latina, la situación comienza a revertirse. El gasto público que requirieron las políticas implementadas para disminuir los impactos de la pandemia cesa y los países de la región se recuperan. Sin embargo, factores como la inflación y la invasión de Rusia a Ucrania vuelven a poner presión sobre las economías y los gobiernos analizan con cuidado sus opciones para los próximos años.

“El balance fiscal de América Latina para el cierre 2021 estuvo alrededor de -4.5% presentando una recuperación importante con respecto al año anterior, en el cual la caída llegó a -8.5% aproximadamente”, explica Juanita Gomez Loaiza, Managing Director, Trend and Risk Modeling en SURA. Y agrega: “La reactivación económica que se presentó en la región después del levantamiento de las restricciones de movilidad impuestas por COVID 19, tuvo un importante impacto en la recuperación de las finanzas públicas de los países”. 

En esa línea, el Fondo Monetario Internacional prevé que los países latinoamericanos cierren 2022 con un déficit de media del 4.7 % respecto al Producto Interior Bruto (PIB). “Se esperan grandes variaciones que van del 7.6 % previsto para Brasil al 1.5 % de Chile, pasando por un 3.2 % para México; un 3.8 % para Argentina; un 2,4 % para Perú; un 4.6 % para Colombia; un 2.7 % para la República Dominicana y un 2.5 % para Uruguay”, señala el organismo en un informe titulado “Vigilancia fiscal” que dio a conocer en abril de este año.

Por otro lado, Fitch Ratings, la calificadora internacional de riesgo, destacó la reducción del déficit de los países de la región. “La recaudación de impuestos creció muy por encima del PBI real y la inflación (excepto en Panamá y Bolivia) fue el factor clave para los sólidos resultados fiscales”, señalan desde la firma. 

“De todas formas, este comportamiento no fue homogéneo en la región y quedan latentes los desafíos que enfrentan los gobiernos al haber aumentado de manera significativa sus niveles de endeudamiento”, destaca Gomez Loaiza. 

El déficit fiscal en los países de América Latina

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), “en 2021, el estímulo fiscal en América Latina y el Caribe se redujo, pero no se eliminó”. “El promedio, medido por el aumento del déficit fiscal primario, fue de 2.1 puntos porcentuales del PIB en 2021 en comparación con 3.9 puntos porcentuales del PIB en 2020”, señala el organismo. 

El caso de Brasil es uno de los más destacados. El estudio de Fitch Ratings indica que “el sector público consolidado registró un superávit primario superior a los USD 12 mil millones en 2021. Por otro lado, el Banco Central de ese país destacó que es “el primer resultado anual positivo de los últimos ocho años”. 

Un caso distinto es el de Ecuador, donde se registró un déficit de USD 3.7 mil millones en 2021. Aunque si se compara con el de 2020, superior a los USD 7 mil millones, se observa una baja considerable. Algo similar ocurre en Argentina, donde el déficit primario del 2021 fue del 3% del PBI mientras que el año anterior había sido de 6.5% del Producto Bruto Interno. 

Los casos más complejos en el informe de Fitch tienen a Chile, Colombia y El Salvador como “los grandes déficits fiscales” de la región. En el primero de esos países alcanza los U$S 23 mil millones, un 7.6% de su PBI, mientras que en el segundo el déficit también es del 7.6% del Producto Bruto Interno, y en el tercero de 5.6%. 

déficit fiscal en América Latina

“A pesar de la recuperación económica que se evidenció en el 2021 a nivel mundial, se mantienen los desafíos en América Latina”, comenta Gomez Loaiza. “La recuperación, al estar principalmente explicada por un aumento de la demanda que no pudo ser atendido en su totalidad por la disrupción en las cadenas de abastecimiento, deja un riesgo inflacionario global que se evidenciaba desde el último trimestre de 2021 y que se ha profundizado con la invasión de Rusia a Ucrania en febrero de 2022”, suma la experta de SURA. 

América Latina y el futuro de su déficit fiscal

Si bien el contexto internacional es complejo, el FMI espera una baja continua en el déficit fiscal de América Latina. El organismo financiero prevé que el déficit medio en la región se reduzca a un 4.2 % del PIB general en 2023 y a un 3.4 % en 2024.

“Las proyecciones para la mayoría de países latinoamericanos apuntan a déficit mucho menores que en 2020 por el fin de las medidas fiscales excepcionales decretadas por la pandemia y el retorno del crecimiento económico y, por tanto, de los ingresos fiscales”, aseguró al respecto Paolo Mauro, subdirector del Departamento de Asuntos Financieros del FMI. 

De todas formas, desde el BID señalan que esto depende de las variables económicas de cada nación. “Los países exportadores de materias primas se beneficiarán por el aumento de los precios a causa de la invasión de Rusia a Ucrania”, destacan. “Sobre todo en 2023, y podrán usar los ingresos asociados para reducir levemente sus déficits fiscales primarios hacia 2024 en relación con el escenario anterior a la guerra”, continúan. 

déficit fiscal en América Latina

En cambio, en los países dependientes del turismo se desacelera el ajuste fiscal progresivo del déficit primario y el saldo fiscal se mantiene por debajo del escenario preguerra. “El mayor déficit fiscal proyectado en el período 2022-24, junto con las mayores presiones inflacionarias y el incremento en el costo del financiamiento, podrían llevar a un aumento del ratio deuda/PIB para el país promedio de hasta el 74% hacia 2024. Para los países dependientes del turismo y los exportadores de materias primas, el ratio deuda/PIB podría llegar al 87% y 68%, respectivamente”, señalan en el organismo. 

Por ese motivo, los expertos dicen que cada nación debe tomar decisiones estratégicas para disminuir su déficit fiscal sin dañar su economía particular. “Los países deberían empezar a orientar sus políticas de mediano plazo hacia unos escenarios con mayor incertidumbre”, reflexiona Gomez Loaiza. “Esto implica pensar en la estructura óptima de endeudamiento, plazos, tasas, tipos de bonos que se emiten y, adicionalmente, desarrollar estrategias que permitan garantizar las fuentes de ingreso que serán necesarias”, continúa.

Para concluir, desde el BID comentan que “la forma de la consolidación puede ser tan importante como la reducción del déficit”. “Las políticas de reorientación del gasto que protegen las inversiones públicas productivas, por ejemplo en infraestructura, y las inversiones en salud y en educación pueden reducir los impactos negativos de la consolidación fiscal en el producto y reducir la desigualdad del ingreso”, destacan. 

En esa línea, aseguran que “en términos más generales, las instituciones fiscales creíbles son vitales para garantizar la planificación fiscal a mediano plazo y generar una alta confianza en la sostenibilidad fiscal. En estos esfuerzos es crucial disminuir la informalidad laboral, responsable de la alta evasión tributaria que aqueja a la región y que, a su vez, limita la efectividad de las políticas fiscales y socava las reformas”, finalizan. 

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